ANESTESIA GENERAL

Publicado: junio 21, 2013 en OPINIÓN

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Cuando un/a médico le comunica a una persona afectada por alguna dolencia o enfermedad, que tiene que pasar por el quirófano, además de su lógica preocupación por cómo saldrá de tal intervención, el enfermo se hace siempre la misma pregunta -¿será con anestesia local o general?- El objetivo de ésta es como ya sabemos, que la persona en cuestión no sienta el dolor corporal que causa dicha operación invasiva en su cuerpo. Especialmente, cuando la anestesia es general y dado que el componente químico que inhalamos para tal efecto no es, ni mucho menos un simple «chute» de vicks vaporub, se toman precauciones tanto en la cantidad administrada como el control en la posterior eliminación-expulsión de esa anestesia. Obviamente, hay personas que tienen cierto temor a no despertar de tal sueño profundo, puesto que según parece, la anestesia general te sume en un estado total de privación sensorial de todo dolor que es lo más parecido a estar muerto en vida.

Digo todo esto porque cada vez tengo la sensación de que en este país me encuentro con más gente que parece que se ha autoadministrado una buena dosis de anestesia general en sus propias vidas. Y desde luego no tienen la más mínima intención por despertar de ese sueño profundo. De otra manera no me explico cómo sigue sin pasar absolutamente nada distinto de las habituales protestas (de l@s de siempre), en un país en donde el 27% de los niños ya vive por debajo del umbral de la pobreza, donde hay más de 3,5 millones de viviendas vacías pero donde cada día se desahucia a 517 familias. Un país con 6,2 millones de parad@s, donde hay ya más de 2 millones de hogares en los que NINGUNO de sus miembros cobra prestación alguna, donde cada vez vemos a más gente buscando en los contenedores, pero en el que tenemos que tolerar que una oligarquía española que apesta a franquismo rancio, practicando el capitalismo de amiguetes, se lo ha estado llevando crudo durante 35 años. No obstante tenemos el «honorable» récord de ser el país con más políticos, banqueros y grandes empresarios imputados por corrupción. Hasta la casa real está de mierda hasta las cejas y todavía hay quien se siente patriota.
Un país donde encima, se criminaliza a aquellas personas que, rechazando anestesia alguna, quieren luchar contra esto, y son víctimas diariamente de violaciones sistemáticas de derechos humanos, abusos y represión policial con detenciones ilegales de sindicalistas, universitarios, mineros, personal sanitario, profesores, bomberos, jóvenes estudiantes, manifestantes varios y demás activistas, disidentes e inconformistas del desorden establecido.

-Pero oye…… ¡¡que no pasa ná!!
-Dame otra dosis de anestesia (marchando una de fútbol, una de «Gran Marrano», otra de «Sálvame» (vaya chiste macabro este último….), aquí le traigo una de «Tetas, músculos y viceversa»

….Y el que no ve la caja tonta, no ve o no quiere ver lo que pasa en su mismo barrio, en su misma finca, ¡en su misma casa….! Al final es todo una cuestión de «salud pública», o te anestesias, o directamente te pones una venda…

No voy a negar que los medios de (des)información también ayudan a administrar tal anestesia tanto por defecto (aquellos que ocultan las desvergüenzas de este país), como por exceso (aquellos que se pasan noticiarios enteros contándolas, normalizando y frivolizando con nuestras propias miserias). El problema de esa anestesia general «generalizada» es que nos arrastra a los que queremos «que nos operen» sin anestesia para poder gritar y decir que estamos ahí, que no nos rendimos y que vamos a luchar por nuestras vidas. A l@s que queremos sufrir y gozar la realidad por dura que sea. Porque tú, anestesiad@, lo quieras o no, formas parte de ella.
No me negaréis que en este condenado país no hay motivos más que suficientes para tener, cuando menos, una actitud similar a la que están manteniendo l@ turcos (víctimas de las mismas políticas que aquí) o desde esta misma semana l@s brasileñ@s en las calles de sus respectivos países. Una actitud de confrontación directa, de rebelión de resistencia férrea. Aunque solo sea por dignidad, por conciencia de clase, por decir -¡aquí estamos, no nos doblegamos!-

Pero bueno, se me olvidaba que este es un país cobarde donde los haya, un país acomodado (aun no se bien sobre qué está acomodado), un país sin memoria, un país miedoso (tampoco se bien a qué porque lo único que nos queda por perder son las bragas y el DNI). En definitiva, un país que sufre el síndrome de la mujer maltratada, esto es, que ¡aún! confía incondicionalmente en quien les ha estado jodiendo la vida durante 31 años de mentiras y estafas varias: solo hay que ver las encuestas: hoy, 15 millones de borregos todavía votarían a PP$OE y otro buen puñado optaria por «Amanecer Magenta». Estamos bien jodid@s pues…
No es que yo crea que las urnas nos iban a sacar de pobres pero al menos no seamos tan gilipoyas de seguir poniendo nuestras vidas en manos de los mismos cerdos de siempre…

Es este, un país que vive desde hace tiempo un «Estado de Malestar» continuo infringido por los que se supone son los «médicos». La diferencia es que esta enfermedad, este dolor, no se puede calmar con dosis de anestesia general, sino con dosis de realidad. Por muy dura que sea la esta, si luchas también es bonita y emocionante,

Algún día, ni la anestesia le servirá a la «working class». Ese día quizá sea ya demasiado tarde para todo…

Jose Guerrero Moliner

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